ORIGEN E IMPORTANCIA DE LOS
DHSR
Se dice que los derechos sexuales y los derechos reproductivos son los
más humanos de los derechos. Esto se dedujo a partir de los acuerdos que se
generaron en la Conferencia
Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), convocada por las
Naciones Unidas en 1994 y celebrada en El Cairo, Egipto. En esa conferencia se
reconoció que el llamado misterio detrás de los asuntos sobre la población y el
desarrollo que involucran a la pobreza, la educación, el empleo, la salud, y en
general todos los fenómenos sociales relacionados con el desarrollo de las
naciones, es precisamente que los protagonistas de esos fenómenos que aquejan a
los países del mundo, no son solo números y pirámides poblacionales, sino
seres humanos: personas con rostros e
historias, personas con sueños, proyectos de vida, problemas y felicidades
propias, sí, personas como tú y como yo.
Los derechos sexuales y los derechos reproductivos son Derechos Humanos:
son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del
individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Esto significa que
tenemos derechos humanos por el simple gran hecho de ser seres humanos. Este
conjunto de privilegios incluye el ejercicio de nuestras libertades y garantías
individuales en la medida en que no quebrantemos o vulneremos el derecho de las
demás personas.
Reconocimiento de los
Derechos Sexuales y Reproductivos de las y los Adolescentes a nivel
Internacional.
Las y los adolescentes por su calidad de personas, tienen de manera
implícita todos los derechos humanos consagrados en los distintos documentos
internacionales relativos a los derechos sexuales y reproductivos sin que
exista necesidad de plasmarlo por escrito; sin embargo, pasaron muchas Conferencias
Internacionales para que los Derechos Sexuales y Reproductivos como tales sean
reconocidos de manera explícita en las y los adolescentes. Esto se debe a la
preocupación mundial sobre la situación actual en la que se encuentran los
mismos en temas relacionados a la salud reproductiva:
•Actualmente existen en el mundo más de 1.5 billones de niños y
adolescentes (las edades de 10 a 24); el 85% de ellos viven en países
subdesarrollados. Entre 1970 y el año 2025, el número de niños y adolescentes
que vivan en ciudades urbanas en los países subdesarrollados, habrá aumentado
en 600%.
•La mayoría de adolescentes, tienen su primera relación sexual en la
edad de la adolescencia, muchas veces no son planeadas, otras, son producto de
presión o fuerza o violación.
•Las relaciones sexuales sin una debida protección aumentan el riesgo de
embarazos no deseados, y alumbramiento a muy temprana edad, producción de
abortos clandestinos, contagio de enfermedades de transmisión sexual, y
transmisión intergeneracional de la pobreza.
•La falta de conocimientos y acceso a métodos de anticoncepción, así
como la vulnerabilidad a los abusos sexuales, pone a la niña y a la adolescente
en un mayor riesgo de embarazos no deseados.
•En países subdesarrollados, la mortalidad materna en niñas menores de
18 años es de dos a cinco veces mayor que en mujeres de 18 a 25 años.
•Globalmente, mas de la mitad de las nuevas infecciones del HIV, son
contraídas por niños y adolescentes entre 15-24 años de edad, a veces menores.
CONCLUSIONES
1. Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos pues tienen
como fundamento el respeto a la dignidad humana, así como a la libertad e
igualdad. Al ser derechos humanos, los mismos son irrenunciables,
intransmisibles, únicos y son considerados derechos inherentes a la persona
humana que están por encima de cualquier Estado.
2. Los derechos sexuales y reproductivos subyacen a los derechos humanos, y
como tales están interconectados con los demás derechos consagrados en las
leyes nacionales, así como en los distintos documentos internacionales de
protección a los derechos humanos.
3. La necesidad de garantizar de manera expresa a los derechos sexuales y
reproductivos si son derechos humanos, radica en su vulnerabilidad. Es decir,
no se requiere de una norma para que existan, sin embargo, se necesita de su
reconocimiento expreso con la finalidad de que los mismos sean reconocidos,
garantizados y respetados como tales por toda una comunidad y por el Estado.
4. La violación e impedimentos al ejercicio de estos derechos por parte de
individuos y de Estados, puede limitar el que las y los adolescentes realicen
un proyecto de vida.
5. La moral cambia en las sociedades, como se ha apreciado con el
transcurso del tiempo. En el tema de la moral sexual, la misma debe permanecer
al interior de cada persona y no proyectarse en las normas nacionales que
pretendan regir la vida de todo un país.
6. El ejercicio libre de la sexualidad pertenece a la esfera más íntima de
la persona siempre y cuando no se afecten libertades de terceras personas.
7. Frente a la doble moral existente, el Estado no debe estar ajeno a una
realidad en donde los índices de adolescentes con respecto a los embarazos no
deseados, contagios de VIH/SIDA o ETS, va en aumento. La función del Estado a
nuestro entender es elaborar políticas públicas que otorguen las condiciones
necesarias para el desarrollo de la población, las mismas que incluyen la salud
sexual y reproductiva para las y los adolescentes.